¿Qué es el mindfulness?

Mucho se dice, actualmente del mindfulness, pero qué es realmente y para qué sirve?

Para mí, el mindfulness es una forma de vivir, una filosofía de vida, en dónde no se trata de hacer prácticas diarias y ya está, si no de vivir de una forma consciente, modificando ciertos hábitos que nos permitan vivir en el presente, y evitar el «automático» en dónde las acciones realizadas son por costumbre, hábito o algún impulso.

Actualmente suele resultar complicado pararse a pensar «qué es lo que estamos pensando» pero sería la mejor manera de evitar realizar actos o caer en situaciones que no queremos o nos causan desagrado. Al final, los pensamientos, son los que provocan los sentimientos que tenemos, y como consecuencia, las emociones percibidas.

Si pudiéramos mantener la calma, o simplemente ser conscientes de los miles de pensamientos que vienen a nuestra mente a diario, podríamos disfrutar de una vida placentera, evitar hacerle daño a otras personas, incluso a nosotros mismos.

Dicha calma, nos traerá como consecuencia, poder identificar aquellas emociones que nos muestran estados de ánimos, miedos, situaciones de incertidumbre, ansiedad o depresión, para poder descubrir el potencial que tenemos dentro de cada uno de nosotros y explotarlo.

Y así poder gestionar correctamente nuestras emociones, las cuales deberíamos utilizar como mapa para saber qué dirección seguir.

Cuando nos detenemos unos instantes, podemos tomar consciencia de la cantidad de circunstancias que suceden a nuestro alrededor, las cuales no podemos cambiar, pero sí tomar una determinada actitud frente a ellas.

La práctica de la atención plena o mindfulness nos permitirá volver a ese estado de consciencia, mantener esa calma generada por tanto ruido externo, manteniendo una actitud proactiva y .generosa para nuestra vida.

El estar presente al menos, unos veinte minutos al día, nos ayudará a aceptar las circunstancias a resolver, afrontar de una forma adecuada los obstáculos que se presenten, aumentar el autoconocimiento y la autoestima, poder canalizar emociones, permitiéndonos sentirlas y aceptarlas, en conclusión, una vida más plena y equilibrada.

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